martes, 30 de septiembre de 2014
Corolario: Medicina Armónica, para el profesional y para el profesionalismo
Puesto que no existen enfermedades sino enfermos, lo clave para el médico es ejercer una Medicina
Armónica, en el sentido de equilibrada en su componente científico y humano, y ajustada en su
respuesta global a las necesidades del paciente como persona. Esta forma de ejercer es
responsabilidad última del médico clínico, pero dicha responsabilidad individual se entremezcla con
los compromisos y deberes de profesores, investigadores, gestores y políticos. Es decir, la Medicina
Armónica debería "infiltrar" un profesionalismo exigente, capaz de movilizar a todos los médicos en
pro de un compromiso clínico y social del conjunto de la profesión.
La Medicina Armónica busca la concordancia con el paciente, de forma que el médico y el paciente
analicen las ventajas e inconvenientes de las alternativas posibles (eficacia), y elijan las más
adecuadas al paciente y a su situación y que causen menos daño (efectividad), sin olvidar siempre el
punto de vista de la sociedad (eficiencia).
Se trata, pues, de ejercer una Medicina Armónica, con moderación, sin hacer daño (o el mínimo
posible, en cumplimiento del primum non nocere) y con sentido común. Es decir, el objetivo es
ofrecer una atención clínica clemente (moderada), segura (decente, con prevención cuaternaria) y
sensata (sentido común). Para ello se precisa un formación de pre y postgrado, y continuada, basada
en las pruebas, la modestia y la afectividad. La Medicina Armónica es cuestión del médico clínico,
pero también del profesionalismo en su conjunto.
18En nuestra opinión, hay al menos tres claves para ejercer tal Medicina Armónica:
1. Comprender y aceptar que el objetivo sanitario no es disminuir morbilidad y muertes en
general, sino la morbilidad y mortalidad innecesariamente prematura y sanitariamente
evitable (MIPSE). Se trata de valorar "lo deseable"; es decir, practicar una Medicina Basada
en la Modestia.
2. Promover que los médicos ejerzan con dos éticas sociales fundamentales, la de la negativa y
la de la ignorancia. Se trata de valorar "lo posible"; es decir, practicar una Medicina Basada
en Pruebas ("en la Evidencia"). Y
3. Tener en la práctica clínica compasión, cortesía, piedad y ternura con los pacientes y sus
familiares, con los compañeros, con los superiores y con uno mismo. Se trata de valorar "la
espiritualidad"; es decir, practicar una Medicina Basada en la Afectividad.
19EL CONTEXTO DE LA MEDICINA ARMÓNICA
Contra la pulsión de buscar
vanamente la inmortalidad,
juventud y felicidad:
El médico individual debe
buscar reducir la mortalidad y
morbilidad innecesariamente
prematura y sanitariamente
evitable
Los médicos debemos
reconstruir una hermandad
profesional cortés, sensata y
responsable: los charlatanes y
engreídos no deberían tener
altavoz. Trabajemos, por ello,
con la Medicina Basada en la
Modestia
Contra el acomodamiento a las
peticiones del paciente y a los
cantos de sirena de las
amistades peligrosas y los
gestores y políticos
desorientados:
El médico individual debe
dominar su saber para decir que
no cuando corresponde, aunque
con cortesía. También debe ser
capaz de reconocer su
ignorancia o la de la ciencia
médica.
Los médicos deberíamos
mejorar las habilidades para
afrontar un entorno adverso:
aprender a endurecer la mano
con más ciencia, y a poner el
guante de seda de la cortesía.
Necesitamos más y mejor
Medicina Basada en las Pruebas
("en la Evidencia").
Contra la frialdad terapéutica y
la robotización de la práctica
clínica:
El médico individual debe
ejercer con empatía y cortesía,
pero debería reencontrar en su
interior la fuerza moral para
despertar la piedad, la ternura y
la compasión
Los médicos debemos recordar
que el plano afectivo no sólo da
calidad, sino que evita el que
nos quememos, desanuda
conflictos profesionales y cura
a las organizaciones enfermas
de vanidad. Precisamos más y
mejor Medicina Basada en la
Afectividad
20Referencias
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