sábado, 23 de marzo de 2019

EL ENFOQUE DE LA FORMACIÓN MÉDICA EN CHILE

AUTOR: FELIPE CARO ASENJO, INTERNO DE MEDICINA, UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN, CHILE 

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Durante nuestra formación como médicos y médicas se nos han entregado diversas herramientas que se engloban en un conjunto de características y habilidades que debemos poseer tanto a nivel científico, como clínico y humano, pasando desde las más importantes habilidades duras, hasta las imprescindibles, pero a veces no tan bien trabajadas habilidades blandas. 

Desde el punto de vista práctico, el mayor tiempo que hemos estado en formación ha sido esencialmente a nivel hospitalario. Gran parte de nuestra formación clínica se ha dado en contextos de atenciones de alto nivel de complejidad, pudiendo acceder a formación por parte de especialistas y subespecialistas en diversos contextos, con la intención de que la integración de las distintas competencias adquiridas a lo largo de la carrera tenga como resultado un nivel de conocimiento más complejo de lo que quizás se espera para un médico no especialista. Debo aclarar, que por complejo no me refiero a esencial, magnificente ni nada por el estilo. Todo lo contrario, complejo implica adquirir conocimientos que exigen muchas veces herramientas que también son complejas. Por ejemplo, tener sospecha de una enfermedad inflamatoria intestinal en base a la formación recibida es completamente necesario, sin embargo, el nivel de formación nos exige aún más que sepamos criterios diagnósticos, y, en ocasiones los tipos de tratamientos para determinados tipos de pacientes.

Este último hecho, se ve replicado en distintas áreas del conocimiento médico y en las distintas especialidades y subespecialidades, lo que nos da la sensación de que la orientación de la formación médica en Chile, apunta a médicos que deben estar preparados para enfrentarse no solamente a los pacientes, sino al aparente ineludible hecho de ser formado como especialista. 

Desde hace unos años, el enfoque de la atención médica en Chile se ha volcado hacia la integralidad en la atención primaria. Esto incluye, que gran parte de los problemas y conflictos asociados a salud y enfermedad de los usuarios se resuelvan en la atención primaria, correspondiendo esto esencialmente a los Centros de Salud Familiar (CESFAM). 

En este contexto, es que parte de nuestra formación como médicos y médicas encuentra un conflicto con la orientación y enfoque de salud familiar y atención primaria que como política pública se ha buscado implementar ya desde hace varios años en nuestro país, ya que el mismo hecho de que pasemos gran parte de nuestro tiempo de aprendizaje en un centro de alta complejidad, que incluye principalmente atención y resolutividad de nivel terciario, nos genera barreras y brechas formativas, al momento de incluirnos como profesionales una vez egresados a la atención primaria de salud. Un ejemplo de los conflictos habituales, son contar con herramientas en ocasiones no tan diversas como las que, si se encuentran a nivel hospitalario, ya sea a nivel de exámenes, de fármacos y suministros, entre otros. Esto impacta, en que al momento de ejercer muchas veces se nos dificulte o no tengamos la capacidad de resolver los problemas de los pacientes con las herramientas que tenemos a mano, que, en ocasiones, como se mencionó, son limitadas al menos en cuanto a diversidad, y en ocasiones, también en cantidad. 

Por otro lado, la visión familiar e integral de la medicina de atención primaria, como un pilar central del desarrollo, implementación y generación de bienestar en salud en Chile, es algo que hasta estos momentos de mi formación dentro de la carrera (7mo año) es poco conocido, ya que como se mencionó previamente, la formación clínica que tenemos, no nos conecta con estos niveles de atención. 

Particularmente, en el caso de mi propia formación universitaria, este conflicto busca resolución en nuestro internado de salud pública, el cuál cumple un rol fundamental en acercarnos a la atención primaria de salud, con todas las herramientas que el enfoque familiar de atención ofrece. Esto supone un desafío para nosotros, ya que significa adquirir conocimientos sobre la marcha respecto a cosas que antes no teníamos, como lo son los estudios de familia, las educaciones participativas del adulto, atender y conocer a nuestros pacientes con enfoque de género, los conocimientos técnicos para llevar a los pacientes a cambios de conducta, entre otros. Si bien es cierto, lo anterior es positivo en nuestra formación como futuros médicos y médicas, también quizás es un poco incierto en el sentido en que quizás al experimentar esto por primera vez y en un periodo acotado de tiempo (es decir, que no ha sido una constante transversal en el aprendizaje y formación en la carrera), ya que son sólo 3 meses, en ocasiones puede que no hagamos las cosas del todo bien y no sepamos realizar cosas como estudios de familia, con la misma habilidad con la que quizás si sabemos hacer otras cosas en el contexto hospitalario. 

Lo anterior demuestra una falencia importante a nivel de la formación como médicos y médicas. Muestra que somos y seremos deficientes en algunos aspectos que guardan relación con la atención de nuestros pacientes. Soy partidario, de que los grandes cambios en salud en Chile deben provenir desde dos lugares, desde los mismos usuarios y usuarias, y de las escuelas y centros formadores de profesionales de la salud. En este sentido, encuentro inexplicable, que la orientación hacia la Atención Primaria que ya lleva muchos años en nuestro país, desde la implementación del primer CESFAM, no haya ido de la mano con un cambio instantáneo en las mallas curriculares de los centros formadores de nuestros profesionales de salud. 

Aparentemente, los cambios que han mostrado algunas Universidades, nos hacen creer que se están haciendo las modificaciones necesarias. No debemos olvidar que estos esfuerzos tienen por fin último el entregar una mejor atención a nuestros y nuestras usuarias, y que finalmente, el mejor de todos los sueños, es esperar que los médicos del futuro (aun habiendo yo ni siquiera egresado) sean mejores de lo que nosotros lo seremos.