He tenido demasiados doctores en los
últimos meses. Necesito un médico que ponga todas las piezas juntas en su lugar.
Un paciente en una sala de
emergencia, 1990.
Una mujer de 41 años está bajo cuidados
de salud en servicio del primer nivel de atención (clínica de atención primaria)
por hipertensión arterial leve. Esta viñeta contiene información sobre la
atención recibida en el servicio y sobre los seguimientos correspondientes relativos
a un período aproximado de tres meses. Con la finalidad de evaluar la coordinación de los servicios,
se centra el interés en el intervalo entre la visita inicial y la de
seguimiento, intentando ver la capacidad del medico generalista de reconocer
información relevante para la paciente.
·
En su
primer registro en la historia clínica el médico nota que la paciente cursa un
resfrío y tiene signos consistentes con el diagnóstico. El médico le indica una
radiografía de tórax y tratamiento sintomático. En las notas de la consulta de
seguimiento, tres meses mas tarde, el médico hace referencia a la infección
respiratoria pero no menciona el resultado de la radiografía o si la paciente
cumplió con la medicación y si sintió alivio de sus síntomas.
· Dos
semanas después del registro anterior el paciente consulta de forma espontánea
sin reserva previa, con las mismas molestias respiratorias características de
infección. Se le prescribe un antibiótico pero el médico del servicio (primer
nivel de atención) no hace referencia de esto en sus notas de seguimiento.
· Dos
semanas mas tarde la paciente requiere atención, inesperadamente en otra
consulta del mismo servicio, con el mismo tipo síntomas; el médico nota que
ella toma Valium® regularmente y fuma. Recomienda interrumpir el hábito de
fumar e indica tratamiento adicional sintomático.
· En la
visita de seguimiento, el médico actuante no hace mención sobre el consejo y el
tratamiento indicados en la última visita.
· Un mes
después (y un mes antes de la visita de seguimiento que había sido programada)
la paciente recibió asistencia en el servicio de emergencia debido a un
aparente intento de suicidio. Nuevamente no hubo ninguna referencia sobre esta
visita o los problemas asociados en las notas de seguimiento de los médicos de
familia.
La revisión
de la historia clínica de la paciente en los registros previos a lo referido,
revelan que ella había estado sufriendo cefaleas durante muchos años y que
había recibido seguimiento en un servicio de neurología, donde en reiterados
exámenes no se encontraron anormalidades. En una de las visitas se le
encontraron cifras tensionales elevadas y fue referida a un servicio del primer
nivel de atención (primary care), en el que ha sido vista en los últimos tres
meses para realizar seguimiento y evaluación de su hipertensión arterial leve.
Al menos una vez durante el año previo ella realizó un intento de suicidio
mediante una sobredosis de fármacos. A pesar de esta historia, los serios
problemas de salud mental de la paciente no fueron integrados a sus cuidados
básicos de salud. Hubo poca o nula coordinación asistencial para esta paciente
por el equipo de atención primaria. (Starfield et all. , 1977).
Este caso
ejemplifica el tipo de problemas en los que la coordinación es crítica.
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