Seminario de Innovación en Atención Primaria nº 29. Granada, 6 y 7 de febrero 2015
Salvador Casado, médico de
familia, Madrid. www.doctorcasado.es @doctorcasado
“No soy experto en nada, salvo en
mis propios errores.”
CONTEXTO
Todas las culturas incorporan un
modo de relacionarse con el error. La ética y la moral son los instrumentos más
usados. Hay sociedades como las africanas en las que el error solo tiene
consecuencias si es público, otras como la judeocristiana en las que hay
errores penalizados por la culpa aunque sean privados. En nuestra cultura al
error se le ha llamado mucho tiempo pecado y ha sido fuente de sentimientos
incómodos como malestar, vergüenza, miedo, culpa… Esta circunstancia debe
servirnos de punto de partida. La
reflexión principal frente al error clínico comienza dilucidando cómo cada cual
se relaciona con sus errores y trata de enmendarlos. Cómo manejamos los
pensamientos y sentimientos que producen y, lo más importante, cómo tratamos de
aprender de ellos para no repetirlos.
En la fase de pregrado un
estudiante de medicina se enfrenta a cientos de exámenes en los que cometerá
miles de errores. No hay otra manera de aprender, necesitamos el error para
dirigir nuestra nave hacia el acierto. De este modo pronto aprendemos a odiar
el error al equipararlo al fracaso (suspenso).
Asimilamos que los mejores estudiantes (y médicos) serán aquellos que se
equivoquen menos, obteniendo mejores calificaciones. No nos paramos a pensar
que quizá los mejores estudiantes sean los más capaces de superarse a sí mismos
y aprender de sus errores.
¿QUÉ HACER ANTE LA INEVITABILIDAD
DEL ERROR CLÍNICO?
Tal vez lo primero sea repasar
nuestra definición de salud y enfermedad. El modelo que hemos aprendido también
es dicotómico a la hora de establecer un diagnóstico como de proponer un
tratamiento. Esto choca de frente con la realidad del paciente que siempre es
compleja. Los sistemas complejos generan mucha incertidumbre, los modos de
aproximación simples no siempre consiguen despejar adecuadamente las variables
y obtener respuestas claras. Eso significa que todo acto clínico tampoco puede
ser dicotómico correcto/incorrecto sino establecer un gradiente determinado por
los siguientes actos. Nos acercamos a lo correcto o a lo incorrecto. No nos
será posible en muchos casos acertar o equivocarnos plenamente mal que nos
pese. Lo más habitual es que los fallos y omisiones sean parciales como son los
aciertos.
Una de las formas que se nos ha
enseñado para tratar de evitar los errores es la excelencia profesional que definiré sencillamente como tratar de
hacer las cosas lo mejor posible con los medios que se tengan. Esto implica:
1.
Estudio,
formación continuada, práctica constante.
2.
Buena
anamnesis. Potenciar el arte de una buena comunicación, la mejor tecnología
médica conocida.
3.
Exploración
física digna, usando los medios y el tiempo que tengamos. Incluso los
motivos de consulta más elementales merecen una exploración física correcta.
4.
Red de
seguridad. El médico de familia trabaja en altura, en circunstancias de
gran incertidumbre, su red de seguridad es la longitudinalidad pero es
necesario verbalizarlo constantemente para que la red también cubra al
paciente: “si no mejora o si empeora no dude en volver a consultar…”.
5.
Trabajo
en equipo. La complejidad que enfrenta un generalista es tal que es
imposible dar una respuesta digna en solitario. Necesitamos conectarnos a
fuentes de información y a colegas presenciales en nuestro lugar de trabajo ó a
distancia usando redes profesionales.
¿QUÉ HACER CUANDO NOS ENFRENTAMOS
A UN ERROR CLÍNICO?
Los errores clínicos son
continuos, habitualmente leves y confesables pero en ocasiones graves, incluso
inconfesables. Estos últimos son los que más nos torturan como todo aquello que
uno trata de mantener en sus armarios. Los psicólogos y el sentido común nos
avisan de la importancia de ventilar dichos lugares para mantener una aceptable
salud mental.
1. Reconocer el error.
Es quizá lo más difícil,
tomar conciencia nos suele costar debido a los mecanismos de defensa que hemos
usado durante años que tratan de omitirnos el malestar de concienciar un
error. La prisa y la presión tampoco ayudan.
2. Asumirlo.
El orgullo se lo pondrá
difícil a más de uno. Hay personas a las que les cuesta asumir los errores por
más que en lo privado los reconozcan.
3. Aceptar los sentimientos que produce.
Es la parte más dolorosa, los
sentimientos desagradables son patatas calientes que nadie desea y que muchas
veces no procesamos bien. Solemos negarlos, proyectarlos, esconderlos o
escaparnos… no nos resulta sencillo contemplarlos serenamente y aceptarlos.
Como médicos y científicos hemos hipertrofiado nuestra parte racional en
detrimento de la emocional y es aquí donde más sufrimiento encuentra el clínico
en su práctica.
4. Compartirlo, verbalizarlo con otros
compañeros.
Como ocurre con todo error o
todo sentimiento que queme, conseguir verbalizarlo oralmente o por escrito,
ante nosotros mismos o ante otros es un curso de acción que producirá alivio.
5. Poner remedio, realizar acciones
correctoras, pedir disculpas.
Aceptar el error es parte del
camino pero será preciso intentar poner remedio o si no es posible tratar de
realizar alguna acción correctora entre las que se incluye la petición de
disculpas al paciente.
6. Aprender del error para mejorar y no
repetirlo.
La cara desagradable del
error clínico estriba en el daño que hacemos al paciente y el malestar que esto
genera en nosotros. La cara positiva implica que todo error tiene un sentido:
nos permite tomar conciencia para aprender y tratar de evitarlo. La formación
continuada en medicina debería incluir y priorizar esta línea de aprendizaje y
no únicamente la de adquisición de contenidos.
EL ERROR COMO OPORTUNIDAD DE
MEJORA
No es sencillo para un médico
con años de formación y práctica a sus espaldas realizar cambios en una parte
del andamio tan profunda. La propuesta que lanzo se basa en el ensayo y error,
valga la redundancia. En probar un abordaje
del error clínico que aporte conciencia para detéctalo, reflexión
para reconocerlo y asumirlo, valor para aceptar
los sentimientos que produce, compartirlo y poner remedio y finalmente humildad
para aprender de ellos.
1. Conciencia.
Al
trabajar con elevadas cargas asistenciales y en condiciones de presión es
normal desarrollar automatismos de proceso clínico para ir más rápido y gastar
menos energía mental. Al ir en “automático” cometemos y detectamos menos
errores. Entrenar y potenciar la máxima atención frente al paciente es el
primer movimiento para mejorar nuestra actuación.
2. Reflexión.
Desarrollar
estilos de consulta reflexivos nos permite abordar mejor la incertidumbre del
paciente y mantener redes de seguridad así como el reconocimiento y asunción de
los errores que se produzcan.
3.
Es necesario tener valor para mirar de frente los sentimientos incómodos que se
produzcan resistiendo la tentación de pasarlos por alto o mirar a otro lado; de
alguna forma sabemos que eso no funciona y volverán de una u otra forma a
nuestra conciencia. También hace falta valor para compartir nuestros errores,
ponerles remedio y pedir disculpas.
4.
Sin humildad
nos será imposible aprender de los errores. Afortunadamente mientras más
ejerce uno la medicina más conciencia toma de lo poco que sabe.
¿Y LOS
PACIENTES?
Por una
parte los pacientes también son responsables en la carga de error de sus
médicos. Nuestra cultura cada vez tiene menor tolerancia a la frustración y el
sufrimiento lo que genera incontables consultas y sobrecarga asistencial. La
gestión del sistema también produce carga de error al permitir sobrecargas y
saturaciones, no compensar adecuadamente los picos de demanda y establecer
herramientas informáticas o procesos cuyo diseño induzca o favorezca dichos
errores.
Los
pacientes merecen que como profesionales y como sistema de salud generemos
prácticas y cultura basada en la calidad y en la seguridad del paciente. Esto
solo será posible si el manejo del error clínico se asume como prioridad por
todos los agentes implicados. Dado que todo error clínico tiene un coste para
pacientes, profesionales y sistema aprender de ellos y manejarlos mejor implica
ventajas para todos.
PREGUNTAS:
1.
¿Te aportan algo las propuestas de prevención y
manejo del error clínico propuestas? ¿Añadirías alguna más?
2.
Cuándo un error clínico te genera sentimientos
complejos ¿cómo los manejas?
3.
Es cierto que pacientes, sociedad y sistema
sanitario influyen en la carga de error del médico pero después de leer este
texto ¿qué propuestas de mejora ves verosímiles en tu ejercicio profesional?
El error medico es muy mal llevado por los pacientes, porque es mal llevado primero por los medicos.
ResponderEliminarCuando un medico se equivoca, resulta que la medicina no es perfecta, los cuerpos reaccionan distinto,se llego tarde a la consulta, ....etc.
Como que la falla estuvo en el paciente no en ellos, transmitiendo que si el paciente hubiera hecho las cosas bien se hubiera salvado y que siempre se hubiera salvado.
Nos cansamos de escuchar, los que no somos medicos, que el cancer se cura....que hay que hacerse chequeos periodicos para prevenir todo, absolutamente todo, que haciendoselos no nos enfermaremos, que cualquier cirugia es una sencillez porque el riesgo es cada vez menor....etc etc.
La realidad que el cancer se cura solo en un porcentaje, sobre algunos no habra solucion ninguna, sera terminal mas tarde o mas temprano, los chequeos solo encuentran un porcentaje de las enfermedades, no hay medicamentos ni procedimientos para muchas patologias, no los hay, las cirugias siguen teniendo muchisimo riesgo, aun las mas sencillas, los cuerpos no son todos iguales, la tecnologia no es toda moderna, las falencias humanas, tecnicas y de insumos existen.....
ENTONCES NO VAYAN UDS MEDICOS, TAN HORONDOS CON SUS GUALDAPOLVOS INMACULADOS DANDOSELAS QUE SON SALVADORES, ASUMAN SUS LIMITACIONES, DIGAN QUE HAY MUCHISIMAS, LA MAYORIA DE LAS PATOLOGIAS NO LAS SABEN AUN CURAR, AUNQUE CUREN MUCHAS, SON LA MINORIA, LA MEDICINA AVANZO PERO NO CURA Y SOLUCIONA TODO.
DIGAN QUE SON AYUDANTES DE LA SALUD PERO NO LOS SALVADORES DE LA VIDA, PORQUE NO LO SON, BAJEN UN ESCALON, NO SE HAGAN ESPERAR TANTO, NO SEAN TAN SOBERVIOS COMO LO SON MUCHOS, NINGUN PROFESIONAL DE OTRA DISCIPLINA HACE ESPERAR A SU CLIENTE 2 HORAS PARA UNA CONSULTA, BAJEN AL LLANO, PARA TODOS LOS DEMAS PROFESIONALES SON CLIENTES PARA UDS SON PACIENTES, HAS LES CAMBIARON EL NOMBRE PARA HACERLOS ESPERAR SIN PEDIR MUCHO A CAMBIO......