Angol, hermosa
ciudad conformada por cerca de 55.000 habitantes, ubicada las faldas de la cordillera Nahuel-buta. Angol que en mapudungun significa
“subir a gatas”, acoge actualmente el desarrollo de la especialidad que se
dedica a las personas: la medicina familiar.
En la plaza ciudadana
de la villa Huequén, lugar de entrada a la comuna, se desarrolló la feria
ciudadana de la familia y la comunidad. Algunos de los médicos familiares de la
ciudad nos ubicamos ahí con el stand de “Medicina familiar”. Con la
representación del ciclo vital familiar y la presentación de los médicos familiares formados en la
ciudad, construimos nuestra línea de
vida.
Debo recalcar, que el arte que pudimos presentar no fue de autoría de nuestra,
sino de nuestro psicólogo, tutor de la formación de médicos de familia y
de Daniela, hija de médicos familiares.
Al parecer el arte no lo desarrollamos tan bien , pero si las ganas de relatar
a quien quiera escuchar, que apostamos por la especialidad médica que se dedica
a las personas , que no se limita a los órganos del cuerpo, o a los síntomas
aislados, y que busca alianza en las familias y en las comunidades.
No me sorprendió
ser testigo de cómo las familias y dentro de las ellas, los niños y
adolescentes muy en especial, tienen bastante claridad sobre lo que significa
el concepto de ciclo familiar, un grupo de personas que se juntan por amor o por
condición o que aunque no se junten generan un espacio que otorga amor,
percepción de seguridad, a veces ejemplos a seguir, pero que no siempre se
mantendrán juntas pues como todo ciclo, experimenta el cambio , el
envejecimiento, y el nacimiento de nuevos ciclos: Familia en formación, familia en expansión, familia
en dispersión y familia en extinción, era lo que representaba nuestro “reloj
familiar”.
Pareciera que
las poblaciones han perdido la esperanza y al hablarles de “este nuevo estilo”
de ejercer la medicina, una medicina que no trabaja sola, sino que se potencia
con los barrios con las comunidades, con el inter-sector, que hace alianza con
la promoción y la educación, genera en ellos una percepción de que “es
imposible” , que es “lejano” , pero “deseable” y que si fuera el deseo de
muchos y no de pocos , generaría un cambio en nuestra sociedad.
Fue entonces cuando
me pregunté por el origen de la medicina en el mundo , en Latinoamérica y en
Chile, y pude concluir 2 aspectos importantes: Primero, que Chile es uno de los
últimos países de Latinoamérica en apostar por la especialidad , y segundo, que
la decisión de implementación en otros países obedeció a dos motivos
fundamentales, lo colocó el estado como la principal política y la base del sistema de salud, y la comunidad
lo solicitó ante la desesperanza obtenida de una medicina deshumanizada ,
tecnológica y poco centrada en las necesidades de las personas y sus familias,
que les llamaba a pedir un médico empático, cercano, tolerante, y respetuoso de
la diversidad.
¿Quién impulso la
medicina familiar en Chile? No fue el estado, no fue la comunidad, fue el
sector educación a través de la búsqueda de un espacio de práctica universitario
para los profesionales que se desempeñarían en atención primaria. ¿Y de la
comunidad? La verdad, pienso que está un poco mareada con el ofrecimiento y el
eslogan que vende que mientras “más especialistas” existan , más probabilidad
de sentirse sano o sana tendrá, como diría el Dr. Juan Gervás, una completa expropiación de
la salud a las personas.
En resumen, he concluido
después de esta experiencia, que la comunidad general, al menos en mi
provincia, no conoce “quien es el médico de familia”. Si solicita y si quiere,
empatía, cercanía , y buen trato; destacar que la “resolutividad” como
concepto, no está en su lenguaje, esa fue una palabra inventada por nosotros,
el sector salud, que actualmente es comparable casi a contar con la varita
mágica del “ser saludable”, pues pareciera que se espera que los médicos seamos
magos de la medicina.
Por todo lo
descrito, los invito a que modifiquemos
un poco el rumbo, ante oídos sordos, busquemos nuevos caminos, busquemos oídos
que si quieran escuchar, que si desean colaborar en la co-construcción de un
nuevo concepto de salud, un concepto en donde el médico no es el árbitro que
decide quien está o no está sano, un concepto donde el médico es un actor más,
en comunidad que coopera y hace alianza con el inter-sector. Hagamos diálogos
ciudadanos de pequeños grupos poblacionales, donde podamos modelar este
concepto, donde las personas conozcan que hay una forma diferente de ejercer la
medicina y que así sepa pedir cual es el especialista que más conviene al
sector salud de atención primaria.
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