jueves, 24 de diciembre de 2015

#‎FortalecerAPS‬ en Chile y en todo lugar: accesibilidad con flexibilidad, incluyendo servicios necesarios a domici

La atención primaria debe ser accesible, pero además tiene que ser flexible. Es decir, no basta con normas que aseguren la prestación de servicios cercanos al domicilio del paciente, sino que se precisa una actitud de tolerancia que haga flexible dicha prestación. Por ejemplo, es posible facilitar el acceso de los adolescentes ofreciéndoles consultas sin cita por la tarde, al final del horario de trabajo, cuando la sala de espera suele estar vacía y no dé “corte” acudir a consulta. Pero esa accesibilidad debería combinarse con tolerancia para el adolescente que prefiera asistir a primera hora, justo antes de empezar el horario de consulta.
La atención primaria debe ser accesible, pero además tiene que ser flexible
La atención primaria puede ser potente y polivalente, muy resolutiva, pero si no es accesible no sirve para nada. ¿De qué serviría un puesto/centro de salud “perfecto” pero con un horario imposible, de madrugada? Algo parecido es lo que se encuentran quienes trabajan durante horas, en jornadas agotadoras e interminables, que cuando acaban sólo tienen las urgencias para requerir atención médica.
Accesibilidad con flexibilidad es, en otro ejemplo, atender sin dilación y sin problemas a un niño que se ha caído y precisa sutura de una herida (sutura que se puede lograr sin puntos, con simple pegamento de cianocrilato) y al tiempo atender al padre, que no suele consultar nunca, para revisar su EPOC por tabaquismo.
Accesibilidad con flexibilidad es aceptar y respetar las culturas locales, dominar los idiomas ancestrales (y de los inmigrantes) y tener sensibilidad social. El personal de atención primaria debe ser capaz de trabajar en el primer mundo, en el tercero y hasta en el cuarto, y en todos ellos moverse como pez en el agua. En la práctica, y como ejemplos, sin que creen rechazo ni el médico tradicional boliviano en el altiplano andino en Bolivia, ni la medicina ayurvédica de la India, ni el reiki de la clase alta en Sarriá (Barcelona), ni las pautas familiares de los gitanos de la Cañada Real Galiana (Madrid), ni los tatuajes y su mundo en las cárceles de Sao Paulo (Brasil), ni la creencia en las virtudes curativas del agua del Jordán en comunidades cristianas.
La atención primaria es tecnología dispersa, en el sentido de que lleva capacidad de resolución tan cerca de la casa del paciente como sea posible. La tecnología no es sólo el material, también es la organización. Por ejemplo, para hacer cirugía menor se precisan hojas de bisturí, anestésicos locales, material de sutura, etc, pero también el establecer un circuito que permita la realización de estudios de anatomía patológica de las piezas extirpadas.
En su máxima dispersión, la atención primaria lleva la tecnología a la casa del paciente, al domicilio del mismo. Lleva, por ejemplo, la atención a pacientes crónicos inmovilizados (incluyendo atención dental, por ejemplo), a pacientes con problemas agudos que los inmovilizan, a procesos crónicos complejos como pacientes con cáncer y quimioterapia, a la mujer multípara y embarazada sana que decide parir en casa, al paciente terminal que quiere morir entre los suyos, etc.
#‎FortalecerAPS‬ En Chile y todo lugar: copagos bajos o nulos en el punto de atención al paciente/población.
La opción por la atención primaria es una opción política y social por la equidad, tanto horizontal como vertical
La opción por la atención primaria es una opción política y social por la equidad, tanto horizontal como vertical. Es decir, la atención primaria permite ofrecer los servicios según necesidad, dando más a quien más necesita (equidad vertical), y lo mismo a los que precisan lo mismo (equidad horizontal). La opción política y social por la atención primaria busca la equidad y la justicia.
Las sociedades injustas prefieren los hospitales y sus especialistas focales, capaces de ofrecer grandes recursos a pocos pacientes, y la libertad de elección de dichos especialistas. Son sociedades que prefieren libertad y autonomía. Es un poco el “sálvese el que pueda” dicho por el que puede salvarse. Así, las terribles condiciones de vida de carecer de estudios, o de trabajo, o de vivienda digna y de expectativas de mejora se transforman en “estilos de vida” y se proponen medidas preventivas como dejar de fumar, o someterse a cribados de cáncer. Dichas medidas son importantes para los que tienen salud (y dinero), cuya vida actual permite elecciones vitales. Esta prevención ignora los determinantes sociales y transfiere recursos de pobres a ricos, de analfabetos a universitarios, de enfermos a sanos y de viejos a jóvenes.
La atención primaria precisa 1/ el establecimiento de un sistema sanitario de cobertura universal (de toda la población, incluidos inmigrantes sin documentos) con control gubernamental de los contratos con profesionales e instituciones, de forma que los especialistas focales y hospitales actúen en general de consultores; 2/ distribución equitativa de los recursos, lo que se logra con la adscripción geográfica de centros, hospitales y otros recursos según población y nivel socioeconómico y con la lista de pacientes por médico de primaria; 3/ la oferta de servicios muy variados, ajustados a los problemas más frecuentes, con tecnología apropiada, actualizada y suficiente para que los profesionales de atención primaria puedan prestar atención en la comunidad (incluso el domicilio del paciente); y 4/ copagos bajos o nulos en el punto de atención al paciente/población, para evitar barreras financieras que impidan el acceso según necesidad.

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