Antes de hablar del artículo de The New York Times sobre los cambios estratégicos de Cleveland Clinic, unas palabras sobre ECRI Institute, el organismo emisor del tweet de la semana, del que me limitaré a destacar que es una institución sin ánimo de lucro, que cuenta con el apoyo de más de 5.000 organizaciones sanitarias de todo el mundo, y que ya lleva más de 45 años está trabajando para potenciar las mejores prácticas clínicas. Un buen referente, créanme.
El artículo de NYT habla de los cambios que están sucediendo en Cleveland Clinic, uno de los grandes proveedores de servicios sanitarios en EEUU. El Dr. Delos Cosgrove, cirujano cardíaco y director general, explica al diario que la disrupción que están llevando a cabo será del nivel de la que tuvo que afrontar, en su día, la industria metalúrgica. Cosgrove habla de eficiencia de procesos, de prácticas de valor, de integración de servicios, de consultason line, de walk-in centres, etc. Hasta aquí un recetario estratégico del que ya hablan varios autores (ver también en este blog el post del decálogo de reformas estructurales), pero lo que me ha interesado del plan estratégico de Cleveland es la decisión que han tomado de cerrar hospitales haciéndolo con sentido comunitario. Es decir que, en vez de continuar invirtiendo en redes de hospitales pequeños que reproducen, en la medida que pueden, las carteras de servicios de los hospitales grandes, lo que han hecho, al menos en los dos primeros (de los 10 que tienen) es derruirlos y en su lugar construir centros comunitarios para que sirvan de plataforma de la atención primaria y la atención integrada que los nuevos tiempos requieren.
Como defienden Richard Smith y John Wennberg, el reto disruptivo para la atención de los pacientes crónicos es desinvertir en atención hospitalaria innecesaria para reinvertir en servicios comunitarios multidisciplinares (ver la etiqueta "Sutton" en este blog). No se trata de justificar un nuevo recorte, sino de que lo que ahora hace falta es readaptar los recursos para poder aportar servicios más valiosos y más cercanos a las personas con enfermedades crónicas.
Por otra parte, la base conceptual para mantener hospitales pequeños extendidos por el territorio está perdiendo sentido, porque para las actuaciones especializadas puntuales el principal valor a defender es el de la efectividad, y no el de la proximidad.
Como defienden Richard Smith y John Wennberg, el reto disruptivo para la atención de los pacientes crónicos es desinvertir en atención hospitalaria innecesaria para reinvertir en servicios comunitarios multidisciplinares (ver la etiqueta "Sutton" en este blog). No se trata de justificar un nuevo recorte, sino de que lo que ahora hace falta es readaptar los recursos para poder aportar servicios más valiosos y más cercanos a las personas con enfermedades crónicas.
Por otra parte, la base conceptual para mantener hospitales pequeños extendidos por el territorio está perdiendo sentido, porque para las actuaciones especializadas puntuales el principal valor a defender es el de la efectividad, y no el de la proximidad.
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